Tipos de TDAH.
Existen tres tipos diferentes de TDAH:
- Hiperactividad o impulsividad.
- Falta de atención.
- Combinada.
TDAH
Hiperactividad o Impulsividad.
Con presentación predominante en la hiperactividad o impulsividad (también conocido como subtipo impulsivo): En este tipo, como su nombre indica, predomina la hiperactividad e impulsividad. Suelen ser niños que llegan a consulta por problemas de conducta, ya que se caracterizan por actuar rápidamente sin pensar en las consecuencias. También tienen una gran cantidad de energía y da la sensación de que tengan que estar ocupados haciendo algo en todo momento.


TDAH
Falta de Atención.
Con presentación predominante en la falta de atención (también conocido como subtipo inatento): Este tipo es el más difícil de diagnosticar, ya que, a diferencia de los otros, no se aprecia a simple vista. Destaca la dificultad para mantener la atención sostenida en alguna actividad que no sea del interés del niño. Suele estar ligada a problemas de estudios y a veces, se puede confundir con un trastorno del desarrollo intelectual, pues se tiende a pensar que el niño tiene un nivel intelectual por debajo del de su edad.
TDAH
Combinada o subtipo inatento.
Con presentación combinada, también conocido como TDAH combinado: Es el más habitual y fácil de diagnosticar. Se caracteriza por la presencia de ambos. No obstante, cada niño es diferente y en cada caso, o área de la vida, se ve más reflejado uno u otro.

Niños con TDAH.
Los niños con TDAH se caracterizan por tener dificultades a la hora de controlar su conducta, ya sea mostrando impulsividad, o actividad excesiva; o con dificultades para prestar atención en actividades que no les generan una gran motivación. No obstante, más allá de lo que implica el propio trastorno, también puede generar problemas con la familia, baja autoestima, problemas a la hora de relacionarse con otros niños, o dificultades para rendir en la escuela. Por ello, es importante un diagnóstico temprano, a partir de los 6 o 7 años, ya que una intervención y seguimiento adecuado puede involucrar una gran diferencia en la evolución del niño.
Adultos con TDAH.
El TDAH en adultos tiene la misma sintomatología y genera problemas muy parecidos a los de los niños, afectando a varios niveles. Algunos de los más comunes son: A nivel atencional: Dificultades para concentrarse, organizarse o establecer prioridades. A nivel de impulsividad: Dificultad para controlar los impulsos en situaciones que requieren ser paciente o controlar las emociones. A nivel emocional: Cambios bruscos de humor o arrebatos de ira, acumulando grandes cantidades de estrés. Una baja tolerancia a la frustración.
También se ha demostrado que el TDAH puede propiciar otro tipo de trastornos en la edad adulta, como trastornos de conducta, trastornos de la ansiedad o trastornos del estado de ánimo.
Equipo Psicología
Psicólogo / Psicóloga.
A pesar de que no existe una cura para el TDAH, el trabajo del psicólogo consiste en evaluar cómo le afecta este trastorno al niño o adulto en sus diferentes áreas de vida. Y en función de eso, establecer una serie de pautas, estrategias y herramientas, que le brindan tanto al niño como a los padres, la posibilidad de mejorar la calidad de vida en su rutina diaria. Además, se ha demostrado que mediante la intervención psicológica algunas de las dificultades pueden experimentar mejoría eficaz durante el crecimiento del niño.
