Motricidad Fina: Cómo repercute en nuestra autonomía

¿Conocemos qué es la motricidad fina? Este concepto es muy importante para la Terapia Ocupacional, ya que mostrar dificultades en esto puede llevar a grandes limitaciones al desempeñar las actividades de la vida diaria y limitar nuestra autonomía.

Cómo favorecer la Motricidad Fina

¿Qué es la motricidad fina?

Este concepto es uno de los más conocidos cuando hablamos de destreza manipulativa. La motricidad fina nos permite usar y coordinar nuestro cuerpo, en concreto la parte distal, para realizar actividades que impliquen agarres o movimientos muy precisos.

Llevándolo al campo de la Terapia Ocupacional, la motricidad fina nos permite abrochar y desabrochar las camisas, atar cordones, coger los cubiertos, asearnos e incluso pagar cuando estamos fuera de casa.

A lo largo de nuestro día a día nos encontramos múltiples ocasiones en las que necesitamos hacer actividades que impliquen motricidad fina, por eso es tan importante tenerla en cuenta desde que somos pequeños y trabajarla, porque una limitación de la motricidad fina repercute directamente en nuestra autonomía, ya sea a nivel motor o sensorial.

Cabe también destacar el concepto erróneo de “psicomotricidad fina”. La psicomotricidad es un concepto aparte de la motricidad fina y en muchas ocasiones veremos que se usa ese término, sin embargo es erróneo.

Desde la Clínica Vicent vamos a indagar más sobre la motricidad fina y cómo podemos trabajarla.

Posibles limitaciones en la motricidad fina

La motricidad fina puede verse afectada por diversos factores.

El primero y más evidente viene tras una lesión o bien traumatológica o neurológica. Sin embargo, también puede deberse a otras razones, como por ejemplo, a nivel sensorial.
En el caso de los niños, es una de las destrezas necesarias para llevar a cabo gran parte de sus hitos del desarrollo y por ello necesitamos saber en qué momento debemos intervenir.
Cuando un niño muestra dificultad en el juego, como por ejemplo, los encajables o agarrar el lápiz, se ha de hacer un estudio de cuál es la razón. Si hablamos de una causa motora, la intervención será diferente a si la causa es sensorial. Por ello es tan importante tomar cada caso como único y hacer un estudio o evaluación detallada de cada niño.

No tenemos que irnos muy lejos para ver la importancia de la motricidad fina y el impacto de esta en la vida diaria de un niño, ya no es sólo en tareas básicas de la vida diaria. Recordemos que la ocupación principal de un niño es el juego, y mostrar dificultades manipulativas puede ver limitada su participación y, a consecuencia, su socialización e inclusión: Pintar, cortar con las tijeras, apilar bloques, hacer puzzles o colorear son solo algunos ejemplos. El niño puede mostrar dificultad en el agarre, por ejemplo, necesita toda la mano para coger objetos finos y no es capaz de coordinar dos dedos para poder agarrar correctamente un encajable.

¿Cómo favorecer la motricidad fina?

Es muy importante saber que, independientemente de la existencia de un diagnóstico, la motricidad fina puede ser trabajada desde el momento que nacemos. La estimulación temprana y las actividades de motricidad fina repercutirán en el desarrollo del niño favorablemente y les ayudará a potenciar sus habilidades. Debemos dejar que nuestro bebé experimente y toque cosas, ya que esto también repercutirá en otros factores imprescindibles a la hora de trabajar la motricidad fina: coordinación, sensibilidad y fuerza muscular.

En cada etapa del desarrollo podemos conseguir diferentes cosas:

  • 0-12 meses: Durante estos meses, el bebé va a pasos agigantados. Entre los 2 y 4 meses se comienza a desarrollar su coordinación óculo – manual, y llegando a los 6 meses el bebé ya será capaz de alcanzar un objeto y seguirlo con la mirada para cogerlo. Hasta los 9 meses experimentará el cambiar objetos de una mano a otra, e incluso dar palmas o chocar juguetes entre sí mientras los agarra con la mano. Durante esta etapa, es muy importante la imitación, por lo que indicarle al niño que coja cosas, jugar con él en una manta de estímulos o que juegue con arena y diferentes texturas, nos ayudará a favorecer ya no solo los componentes musculoesqueléticos de la motricidad fina, sino que también influyen los componentes sensoriales en su desarrollo.
  • 12-16 meses: La pinza. Este movimiento es muy importante dentro del desarrollo ya que nos permitirá hacer muchas actividades. Que pellizque, favorecer que coja cosas con el dedo índice y pulgar, incluso comenzar a ensartar piezas dentro de un cordón o hacer pulseras, son actividades perfectas para iniciarlas en esta etapa.
  • 16 meses a 3 años: Durante este tiempo, se desarrollarán los movimientos más complejos y, de existir alguna dificultad, comenzará a ser más evidente. También debemos empezar a potenciar aquí la autonomía del niño, por lo que podremos ver qué impacto tiene la destreza manipulativa en las actividades de la vida diaria y cómo repercute. Apilar cubos, jugar con puzzles, coger un libro y pasar sus páginas, quitar los botones o empezar a agarrar el lápiz para hacer trazos sencillos.
Movimientos Motricidad Fina

¿Cómo favorecer la motricidad fina?

Es muy importante saber que, independientemente de la existencia de un diagnóstico, la motricidad fina puede ser trabajada desde el momento que nacemos. La estimulación temprana y las actividades de motricidad fina repercutirán en el desarrollo del niño favorablemente y les ayudará a potenciar sus habilidades. Debemos dejar que nuestro bebé experimente y toque cosas, ya que esto también repercutirá en otros factores imprescindibles a la hora de trabajar la motricidad fina: coordinación, sensibilidad y fuerza muscular.

En cada etapa del desarrollo podemos conseguir diferentes cosas:

  • 0-12 meses: Durante estos meses, el bebé va a pasos agigantados. Entre los 2 y 4 meses se comienza a desarrollar su coordinación óculo – manual, y llegando a los 6 meses el bebé ya será capaz de alcanzar un objeto y seguirlo con la mirada para cogerlo. Hasta los 9 meses experimentará el cambiar objetos de una mano a otra, e incluso dar palmas o chocar juguetes entre sí mientras los agarra con la mano. Durante esta etapa, es muy importante la imitación, por lo que indicarle al niño que coja cosas, jugar con él en una manta de estímulos o que juegue con arena y diferentes texturas, nos ayudará a favorecer ya no solo los componentes musculoesqueléticos de la motricidad fina, sino que también influyen los componentes sensoriales en su desarrollo.
  • 12-16 meses: La pinza. Este movimiento es muy importante dentro del desarrollo ya que nos permitirá hacer muchas actividades. Que pellizque, favorecer que coja cosas con el dedo índice y pulgar, incluso comenzar a ensartar piezas dentro de un cordón o hacer pulseras, son actividades perfectas para iniciarlas en esta etapa.
  • 16 meses a 3 años: Durante este tiempo, se desarrollarán los movimientos más complejos y, de existir alguna dificultad, comenzará a ser más evidente. También debemos empezar a potenciar aquí la autonomía del niño, por lo que podremos ver qué impacto tiene la destreza manipulativa en las actividades de la vida diaria y cómo repercute. Apilar cubos, jugar con puzzles, coger un libro y pasar sus páginas, quitar los botones o empezar a agarrar el lápiz para hacer trazos sencillos.
Terapia Ocupacional Motricidad Fina

¿Cuándo acudir a un Terapeuta Ocupacional?

Si es cierto que, como dijimos anteriormente, es necesario estimular estas destrezas durante su desarrollo temprano e ir observando su evolución, es a raíz de los dos años cuando podemos empezar a ver las dificultades.
Falta de fuerza o muy poca coordinación, imposibilidad de coger objetos o juguetes pequeños, e incluso dolor cuando lo realiza, torpeza. Son varias de las señales que podemos ver a partir de esa edad y por la que sería conveniente preguntar a un profesional.

En la Clínica Vicent contamos con un servicio de Terapia Ocupacional en donde se realiza un estudio individual de cada niño, ver qué limitaciones y cómo repercute en su vida diaria y, a partir de ahí, pautar unos objetivos de intervención para conseguir que estas dificultades se solventen.

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